Republicamos este artículo de nuestro miembro en Paraguay TEDIC, publicado originalmente en su sitio web.
Paraguay ya inició la era del voto electrónico con las internas partidarias del 20 de junio. El sistema, que fue usado en las elecciones partidarias, es presentado como un gran avance por parte de las autoridades para acelerar el escrutinio y en un contexto de listas desbloqueadas. Sin embargo, el uso de tecnología en elecciones trae consigo cuestionamientos en otras latitudes.
En el 2006 se estrenaba la película El hombre del año, protagonizada por Robin Williams. En el filme, Williams interpreta a Tom Doods, un comediante con un programa televisivo que tenía como uno de sus principales ingredientes la sátira política. En una de las emisiones, un miembro del público desafía a Doods a presentarse como candidato a las elecciones presidenciales. El comediante acepta el reto y gana. Se convierte en presidente.
Entre el día de la elección y la toma de mando, una de las funcionarias de la empresa proveedora de las máquinas descubre que el sistema muestra una irregularidad que pudo haber inducido en el resultado de las elecciones. Alarmada ante su descubrimiento, buscará la manera de hacérselo saber al flamante primer mandatario. La película termina con los correspondientes créditos finales. Si quieren conocer el desenlace de la historia, vean el filme.
La historia relatada en El Hombre del año es ficticia. Pero si es real que la tecnología ha estado y sigue estando presente en las elecciones en distintos países del mundo. También, que falla cuando no debería hacerlo.
Entre los países más conocidos que utilizan el voto electrónico actualmente se encuentran Brasil, India, Estonia, Venezuela, Filipinas, Bélgica y Estados Unidos. El último hace uso de este sistema en forma parcial. En contrapartida, las naciones que han prohibido dicho sistema son Reino Unido, Alemania, Finlandia, Holanda, Irlanda, Kazajistán y Noruega. Una veintena de repúblicas están en proceso de implementarlo en las fechas de emisión de los votos.
En este último grupo se encuentra Paraguay. La Ley 6318/2019 estableció la aplicación del sistema de listas cerradas, desbloqueadas y su representación proporcional para cargos pluripersonales. Dicha normativa también resolvió el voto electrónico para las elecciones. Toda la votación se hará con el nuevo sistema.
Los partidos políticos lo implementaron en sus elecciones internas del 20 de junio. Luego será aplicado a las municipales el 10 de octubre y las elecciones generales del 2023. Pero los cuestionamientos hacia este modo de votación electrónica, que será puesto en práctica en el 100% de las mesas en octubre, dan pie a depositar la desconfianza hacia su uso.
Una alarma en la región: Los problemas en la implementación del voto electrónico en Argentina y EEUU
Las autoridades electorales defienden la implementación de la tecnología en el sufragio. Personas vinculadas al Tribunal Supremo de Justicia Electoral (TSJE), argumentan que es imposible realizar una elección con listas desbloqueadas sin ayuda del sistema de votación electrónica. También que las nuevas tecnologías facilitarán el acto eleccionario y con ello más ciudadanos y ciudadanas pueden participar de ellas.
Sin embargo, en varias partes del mundo la decisión de apostar a la tecnología no resultó en una buena elección y por lo tanto resolvieron dejar de lado este sistema. Son varios los ejemplos de lugares en los cuales el voto electrónico, antes que ser una solución resultó ser el mayor problema.
Uno de los casos más sonados y recientes tuvo que ver con la elección en el estado de Iowa en 2020, al inicio de las primarias del Partido Demócrata rumbo a las generales de ese año. El caso fue conocido como el fiasco de Iowa. El problema radicó en la demora en la entrega de los resultados. Debido a la complejidad del caucus de Iowa, un sistema con más de dos siglos de vigencia y cuyo funcionamiento se asemeja a una asamblea popular, se decidió recurrir a la tecnología. Para ello se hizo uso de una app que procesaría los resultados del sufragio.
Sin embargo, al momento de su uso, la herramienta tecnológica presentó inconvenientes. Los votos eran registrados de manera correcta pero los resultados eran incongruentes o se mostraban de manera parcial. Debido a ello la entrega de los primeros guarismos fueron dados a conocer recién en 24 horas.
Por lo menos tres candidatos se declararon ganadores de la elección en Iowa. Se desató una tormenta de críticas hacia el Partido Demócrata y la empresa encargada de la app. Incluso se dejó de lado la tecnología en un momento dado para contar los votos a mano.
Donald Trump, quien marchaba seguro como candidato del Partido Republicano, lanzó dardos desde su cuenta de Twitter hacia sus rivales políticos. «¿Cuándo empezarán los demócratas a culpar a RUSIA, RUSIA, RUSIA, en lugar de a su propia incompetencia?», dijo el entonces mandatario. La referencia a Rusia se sustentaba en las sospechas de las supuestas injerencias del gobierno ruso a favor de Trump para llegar a la presidencia de EEUU.
Según se supo luego, la firma proveedora de la aplicación la había desarrollado sólo cinco meses antes de la elección: no llegaron a probarla. Sin embargo, fue elegida debido a que el presidente de la firma tenía cercanía con las más altas autoridades del Partido Demócrata.
Otro caso más cercano a Paraguay tiene que ver con lo ocurrido en Argentina hace seis años. En las elecciones para elegir al jefe de Gobierno de Buenos Aires se puso en vigencia la Boleta Única Electrónica (BUE). En dicho país esta manera de votar ya se llevaba adelante en Salta. Posteriormente, el entonces presidente Mauricio Macri intentó que dicho sistema sea implementado en las elecciones nacionales.
Aunque logró la aprobación en la Cámara de Diputados, no obtuvo el mismo resultado en el Senado. El proyecto fue rechazado definitivamente luego de que expertos informáticos demostraran la vulnerabilidad del sistema con pruebas individuales.
Las máquinas de votación que fueron rechazadas son las mismas usadas en Paraguay. La empresa que las fabrica también será la proveedora en el país: Magic Software Argentina (MSA).
Voto electrónico en Paraguay
Al oprimirse el botón el 20 de junio, día de las internas partidarias, oficialmente se dio inicio al voto electrónico en el país. Dicho sistema se utilizará en el 100% de las mesas en las municipales. Para tal fin, el TSJE realizó el llamado licitatorio para las empresas que deseen proveer las máquinas.
La licitación fue ganada por el consorcio integrado por la firma argentina MSA y su socio local Excelsis. Las máquinas de votación son cedidas al TSJE en carácter de alquiler.
Son 15.000 los aparatos que el consorcio proveerá a la Justicia Electoral. El monto del arrendamiento de la tecnología es de USD 21.895.938. Esto sin contar los costos asociados, como la construcción de un pabellón exclusivo para el almacenamiento de las máquinas de votación.
El sistema consiste en la entrega de una papeleta al elector quien la introduce en una máquina. Posteriormente en la pantalla le aparecen las opciones con los distintos cargos. Cuando ya eligió a sus candidatos -o a ninguno de ellos- oprimirá la opción de confirmar su voto. Tiene además la posibilidad de modificar su preferencia antes de este paso.
Una vez que terminó de elegir, en la papeleta que introdujo en la máquina se imprimirá su decisión. Para verificar que la papeleta imprimió correctamente su elección deberá ponerla frente al ícono que indica la máquina, donde la pantalla le indicará si todo está en orden. Posteriormente la papeleta es doblada y entregada al presidente de mesa, quien la firmará y depositará en la bolsa de plástico para su posterior conteo.
De uno y otro lado
Fausto Von Streber, Director de Tecnología de la Información y Comunicación del TSJE asegura que a las máquinas que emitirán las BUE se les realizaron varias pruebas durante el proceso licitatorio y luego de su llegada.
“Les sometimos a varias pruebas y nos parece que están cubiertas las problemáticas que se dieron en otros países”, menciona Von Streber. El referente del TSJE asegura también que los datos personales de los electores no podrán ser comercializados para uso de empresas de mercadeo, ya que la máquina no los conserva. Este fue un cuestionamiento a las urnas electrónicas utilizadas en el país entre el 2001 y el 2007. Señaló que la falta de emisión del voto impreso y que el escrutinio no era público – y por ende no podía ser fiscalizado – hicieron que se dejara de lado este sistema.
A su vez, el especialista informático Javier Smaldone menciona que errores propios de diseño o tecnología ya existían en las máquinas cuando fueron usadas en Argentina. Uno de los defectos tenía que ver con el conteo doble del chip. Cada boleta poseía un solo chip, por lo que no tendría que haber generado más de un voto. Sin embargo, esta vulnerabilidad se pudo haber dado porque “el chip utilizado por la empresa fabricadora MSA es de seguridad básica. Chips baratos que se utilizan para contabilizar stocks de productos y demás”.
Los riesgos de manipulación del chip desde cierta distancia debían ser mitigados para que la empresa tenga posibilidades en la licitación, detalló Von Streber. Para evitar esta situación, del otro lado del chip está algo parecido a una chapa, lo que serviría de bloqueador al intento de lectura de la papeleta.
Por otra parte, Smaldone menciona que antes de la implementación del sistema, exigieron “el código fuente y las especificaciones técnicas a la empresa MSA”, pero nunca obtuvieron respuestas. Solo unos meses antes de la votación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la empresa accedió a un proceso de auditoría por parte de la Universidad de Buenos Aires, con un contrato previo de “no divulgación” sobre el proceso. Esto significó que sólo se dieron a conocer los resultados finales sin que los expertos informáticos, partidos políticos u otras organizaciones de la sociedad civil pudieran acceder al código fuente y comprobar dicho proceso.
Sin embargo, el código fuente fue filtrado, ocasión aprovechada por un grupo de especialistas informáticos que hurgaron en el sistema y comprobaron vulnerabilidades existentes que la auditoría oficial no había detectado.
Estos errores posteriormente fueron expuestos en la conferencia de seguridad informática Ekoparty de ese año y en los plenarios de comisiones de la Cámara de Diputados y del Senado, cuando se debatía la Reforma Electoral entre agosto y noviembre del 2016.
Smaldone explica que entre los hallazgos de la auditoría, se identificó un cable que “permite reprogramar el chip y extraer los datos que están allí grabados, incluso impedir que pueda ser leído el software que tiene ahí dentro para volverlo completamente secreto”.
Ante esta situación, surgen algunas dudas respecto de si la misma máquina no tendrá errores similares al ser implementadas en nuestro país, por lo que el experto plantea algunas preguntas.
Tu voto vale doble… pregunta
¿Cómo sabes si el votante no va meter dos boletas en la bolsa? En el caso argentino “los miembros de mesa no podían firmar la boleta”. La tecnología que se implementará en Paraguay es una mezcla entre voto electrónico y tradicional, explica Von Streber. Dentro de la papeleta que se entregará a los miembros de mesa, luego de haber marcado la preferencia electoral, está inserto un chip. El presidente de la mesa firmará el voto y la depositará dentro de la urna de plástico.
El experto argentino habla también sobre el riesgo de tener máquinas extras ante la posibilidad de que una de las que se está utilizando presente un desperfecto. Al tener los locales de votación máquinas extras, cualquier puntero (operador político) podría emitir un voto de más y dárselo al votante simpatizante porque nadie sabe quién puede estar custodiando esas máquinas al momento de la votación. . Lo señalado por él cobra más relevancia en un país como Paraguay, donde existen zonas con muy poca población, lejanas al control público y con un histórico manejo casi feudal de los caudillos politiqueros.
¿Puede representar el voto electrónico un problema para la democracia? “Yo creo que no, al contrario, creo que es una herramienta para darle transparencia a todo el proceso”, dice con seguridad el referente de la justicia electoral. “Nosotros tenemos que implementar varios cambios en la forma de hacer el escrutinio. Sin voto electrónico va ser prácticamente imposible la manera de elegir. Y además estamos obligados a cumplir la ley”, asegura Streber.
Consideraciones finales
La nueva era del proceso electoral plantea nuevos y viejos escenarios. Por un lado, que toda la votación queda en manos privadas. La vulnerabilidad del voto queda aún más expuesta con un sistema que ha demostrado sus fallas en otros lugares. Los bemoles del día D en Paraguay, que suele mostrar las artimañas para volcar la elección a favor del candidato X, se suman al aislamiento de muchas poblaciones que en una contienda muy cerrada pueden decidir el resultado final.
Salvo que una nueva ley diga lo contrario, este mismo sistema será puesto en práctica en las elecciones generales del 2023. Las internas partidarias y municipales marcarán una tendencia. Si la tecnología puede ser confiable para depositar la voluntad popular. O si se trata de una caja de pandora que al abrirla desate más males para la maltrecha democracia paraguaya.