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Si usted cree en el poder de la tecnología, no se puede perder
este libro: “Challenging The Chip” (Desafío al chip). Se trata de un trabajo sobre
derechos laborales y justicia ambiental en la industria mundial de la
electrónica, publicado en 2006.



Recién salido del horno de la Temple University Press, en Filadelfia, este
libro de 357 páginas se divide en tres partes que analizan la industria electrónica
mundial, la justicia ambiental y los derechos laborales; y la basura
electrónica y la responsabilidad de los fabricantes.


La ambientalista Sandra Steingraber, autora del libro, ha dicho que se trata de
“una lectura esencial para cualquiera que tenga un teléfono celular o un
computador” y que “los aparatos digitales que poseemos no solo nos conectan con
la información mundial, sino también con la contaminación y la injusticia del
mundo”.


Los tres editores del libro han declarado que “tiene dos marcos geográficos de
referencia” – los alrededores de San José, California (o Silicon Valley), y
“partes del mundo que están cada vez más integradas a las redes mundiales de
producción, consumo y desecho de productos electrónicos”.


Detrás de
esta triste historia, todavía queda algo por entender


Hay problemas de contaminación debido a la fabricación de alta tecnología (que
sufren los/as trabajadores/as, el aire, la tierra y el agua) en todas partes –
Silicon Valley en Estados Unidos, Silicon Glen en Escocia, Silicon Island en
Tailandia y Silicon Paddy en China. Y hay grandes contrastes entre la realidad
de los/as empresarios/as y altos ejecutivos que ganan “salarios
multimillonarios en dólares”, y los/as trabajadores/as a menudo explotados y
viviendo hacinados en lugares comunitarios.


El tema de la basura electrónica se analiza en el contexto del comercio -o su
vertimiento- de Norte a Sur. “Pero a medida que países como India y China se
modernizan progresivamente, sus propias industrias y sus consumidores/as
también contribuyen a generar problemas”, sostienen los editores del libro.


El libro toca, entre otros temas, el de los trabajadores/as de la industria
electrónica “made in China”, la responsabilidad social de las empresas del
sector de la electrónica en Tailandia, los/as trabajadores de la industria
electrónica de India, los/as de las plantas semiconductoras [1] de Europa
central y oriental (Bielorrusia, Eslovaquia, Polonia,  República Checa, Rumania y Rusia), la
Coalición contra los tóxicos de Silicon Valley y las luchas de los/as
trabajadores/as, el parque científico Hsinchu de Taiwan, la contaminación de la
alta tecnología en Japón y la basura electrónica en Delhi.


[|] Un semiconductor es una
sustancia química fundamental para la manufactura de productos electrónicos.


Otros temas que tocan los/as editores/as son la degradación ambiental, los
accidentes de trabajo y la “extendida ignorancia” acerca de “las huellas
ecológicas y de salud que deja la industria electrónica mundial”, las leyes
sobre la responsabilidad de los fabricantes en Suecia y Japón, y el comercio de
basura electrónica, entre otros temas.


Leyes para regular la responsabilidad de las empresas


La legislación que amplía la responsabilidad de los fabricantes está teniendo
un fuerte impacto en Suecia y Japón.


La profesora
asistente de la Universidad de Lund (Suecia), Naoko Tojo, explicó que hay un
“puñado de estudios” que parece indicar que la ampliación de la responsabilidad
de los fabricantes promueve un cambio en el diseño de los productos. Pero los
estudios empíricos sobre la eficacia de estos programas en cuanto a generar
“cambios en las estrategia productivas muestran que la misma es limitada.


Tojo compara
la legislación de Japón y la de Suecia, que difieren en cuanto a quién se le
atribuye la responsabilidad de la recolección y el reciclado. La Ley japonesa
de reciclado de aparatos electrodomésticos específicos, vigente desde 2001,
cubre cuatro grandes categorías de electrodomésticos (televisores de tubos de
rayos catódicos, refrigeradores y congeladores de frío seco, aire acondicionado
y lavarropas). En Suecia, la Directiva sobre desechos de equipos eléctricos y
electrónicos cubre todo menos refrigeradores, congeladores de frío seco y
dispensadores automáticos.


En el libro
Challenging The Chip, Naoko Tojo dice también que: “la legislación sobre
ampliación de la responsabilidad de los fabricantes también ha significado un
gran incentivo para que los fabricantes se dediquen a diseñar el “final del
ciclo de vida” de sus productos…”  


Cuando reciclar es contraproducente


El problema se extiende más allá de América del Norte. Varias zonas de Delhi,
la capital de India, se dedican a desarmar computadores, tubos de rayos
catódicosy artículos electrónicos. También al comercio y recarga de tubos de
rayos catódicos, recuperación de plomo, reciclado de mother-boards,
recuperación de vidrio e, incluso, de oro. El reciclado de basura electrónica
que se hace en Delhi es clandestino y el ritmo de trabajo es de 12 horas
diarias y siete días por semana. Quienes se dedican a este trabajo ignoran el
impacto de lo que hacen y se exponen a diario a metales pesados y tóxicos, y a
cosas peores.


Tengamos en cuenta estas cifras:
cerca de 80% de la basura electrónica que se recolecta en América del Norte
para su “reciclaje” termina en realidad, y de manera bastante legal, a
operaciones de reciclado altamente contaminantes en Asia.


El “secreto sucio” de la alta tecnología es simplemente que existen peligros
desconocidos en nuestros equipos electrónicos y que la industria electrónica
tiene una estratagema para evitar la responsabilidad y los verdaderos costos
que implica el uso de materiales riesgosos, además de la escasa consideración
que se le otorga al fin del ciclo de vida útil.


Los/as editores/as de Challenging The Chip declaran que “la mayoría de los
consumidores están deseosos de tener los últimos computadores, televisores,
teléfonos celulares, iPods y juegos electrónicos, pero muy pocos se dan cuenta
de la relación de dichos objetos con el trabajo de mujeres del mundo en
desarrollo, que cobran centavos por su labor”.


Activismo que desafía al chip que hay detrás del libro


Mucha gente se está organizando en todo el mundo para hacerse oír y aumentar la
conciencia sobre lo que sucede cuando se adquiere una pieza electrónica.


“Del iPod
al iDesecho: basura tóxica en su bolsillo”, decía un afiche gigante en la
última reunión MacWorld que se hizo en San Francisco para protestar contra la
contribución de la marca Apple de computadores a la rápida acumulación de
basura electrónica.


Microsoft, gigante
de la fabricación de software que nueve de cada 10 usuarios de computadores
consideran como opción única, también fue puesta en la mira. Los/as activistas denunciaron
el papel que tuvo la mega firma “en la aceleración del proceso de obsolescencia
de los productos electrónicos” al acumular basura electrónica frente a su sede,
en 1999.


La campaña Computer
Take Back (devolver los computadores) fue lanzada a principios de 2001 por
defensores de la salud ambiental y activistas por la reducción de la basura
electrónica de Estados Unidos y Canadá. Su objetivo era lograr que las empresas
se hicieran responsables de las consecuencias del ciclo de vida de sus
productos. En el sitio web de la campaña hay una nota sobre las acciones que se
llevaron a cabo contra los fabricantes de los computadores Dell.


En noviembre
de 2006, el proyecto PC Global, de la organización no gubernamental WEED, de
Berlín, organizó una presentación y un taller sobre “Centros de explotación
fabricantes de alta tecnología en China”. Dos activistas de Hong Kong fueron a
Alemania para debatir sobre las nuevas estructuras de trabajo y de organización
en las fábricas del mundo. Los activistas de PC Global explicaron que
utilizaron Challenging The Chip para llevar a cabo su iniciativa y que sigue
siendo su libro de referencia.


El libro tiene algunos anexos muy útiles – uno sobre principios de justicia
ambiental, otro sobre los principios de silicon en cuanto a la fabricación
social y ambientalmente responsable de productos electrónicos. El tercer anexo
ofrece una “muestra de resoluciones para accionistas”, basado en ideas de la campaña
Computer Take Back y el compromiso de los/as recicladores de productos
electrónicos de realizar una verdadera administración.


En la literatura sobre las TI y la ciber-revolución, sólo una porción
pequeña se ocupa del tema de los peligros y accidentes. Una búsqueda en
internet serviría para comprobarlo. Entre las excepciones está el libro,
publicado en 2003, Computers and the Environment: Understanding and Managing
their Impacts -Eco-Efficiency in Industry and Science (Computadores y Ambiente:
comprender y manejar los impactos – Ecoeficiencia en la industria y la
ciencia), de R. Kuehr y Eric Williams. Y es inevitable recordar un libro sobre
los desechos peligrosos del sudeste asiático cuando la electrónica aún se
consideraba una industria “limpia”.



Foto: Frederick Noronha





Autor: —- (APCNoticias)
Contacto: communications@apc.org
Fuente: APCNoticias
Fecha: 29/01/2007
Localidad: GOA, India
Categoría: Derechos en Internet

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