Aller au contenu principal

En Australia, el régimen para las radios comunitarias ha sido muy liberal hasta el momento. ¿Pero podrán la tecnología y los intereses de las grandes empresas causar un cambio en esta situación? Eso es lo que temen los defensores de los medios comunitarios Down Under.


“El gobierno australiano reconoció la importancia del espectro de radios digitales, que han desplazado a los servicios analógicos convencionales en esta década. Las ondas hertzianas quedarán así disponibles para muchos más canales y programas interactivos”, explica Andrew Garton (44), del organismo miembro de APC c2o, y Director de Programa del centro de recursos de la pantalla, OPEN CHANNEL.


“Pero pese a su prolongado compromiso con las radios comunitarias, el gobierno australiano no ha asignado aún un canal a este sector dentro del espectro digital. No hacerlo equivaldría a retirar a los comunicadores de los medios comunitarios el apoyo de que han gozado hasta el momento en Australia. En Melbourne, por ejemplo, la emisora de televisión comunitaria Canal 31 es aparentemente la red más vista de la ciudad”, dice Garton.


El éxito de los medios alternativos Down Under preocupó considerablemente al grupo de presión de los canales ‘free-to-air’ (libre al aire).


En tiempos de inestabilidad, el temor es que las nuevas tecnologías podrían perfectamente destruir todos los heterogéneos medios alternativos que Australia ha conocido hasta el momento, siendo aún casi invisible el espacio que se ha otorgado a estos últimos.


“Los medios digitales comunitarios están en una posición que les permite hacer muchísimo más que el sector de los canales ‘free-to-air’. Pueden proveer nichos de programación, recursos educativos, información local y acceso a la herencia cultural. Para que puedan surgir estos servicios, deben habilitarse unos cuantos canales digitales para su utilización comunitaria”, dice Garton, músico de formación, pero actualmente dedicado a estudiar en profundidad cómo puede incidir la tecnología en la mayor difusión de expresiones libres y diversas.


La industria australiana de los medios de comunicación ‘free-to-air’ ha estado ejerciendo presión sobre el gobierno federal para impedir futuras asignaciones de licencias del espectro digital. Su argumento es que hace falta utilizar esa tecnología durante diez años más por lo menos para llegar así a entenderla mejor.


“En este momento gran parte de su programación se limita a reproducir otros servicios ofrecidos dentro del espectro analógico. Lo que nosotros proponemos va mucho más allá de eso: se trata de garantizar que pueda verse y escucharse un coro de voces mucho más rico, y a través de formatos mucho más innovadores y atractivos”, prosigue Garton.


En Australia, las radios comerciales y estatales iniciaron sus trasmisiones digitales en 2001.


Cuando explica la función cumplida por los medios comunitarios australianos, Garton señala que estos estimulan la diversidad y han conformado, en colaboración con organizaciones de ideas afines, un eje de capacitación e innovación en programación”. Esto es especialmente cierto para quienes no pueden acceder a instituciones pagas de renombre como la Australian Film, Television and Radio School (AFTRS). En realidad, las radios comunitarias preparan a la gente para la AFTRS


“Los medios comunitarios son una sala de máquinas para la gente joven y también para los jubilados, para cualquiera que busque expresarse dentro de una sociedad medianamente culta, cosa que no sólo influye en la industria comercial: hay quienes también encuentran empleo allí. En OPEN CHANNEL capacitamos a la gente para ser hacedores de los medios. No entrenamos sólo para saber cómo utilizar mejor una cámara de video, sino para comunicar, para extraer de las ideas e historias propias una experiencia significativa. Tenemos creadores de contenidos entre nuestros alumnos, personas que en muchos casos se encontraron a sí mismos a través de su trabajo como ‘profesionales’ dentro de la industria. Esto no significa que los comunicadores de las radios comunitarias no sean profesionales. Lo que sucede es que en muchos casos el tipo de programas que producimos no se ajusta al molde de los medios ‘free-to-air’ comerciales”, explica Garton.


Pero según Garton, a pesar de esto los programas de las radios comunitarias son “literalmente comprados” por el sector comercial de aire, y este fenómeno tiene sus pros y sus contras.


Los pros están en que ciertos programas de importancia cultural lleguen a medios masivos; los contras en que el talento individual sea absorbido y eventualmente neutralizado, o adaptado. Sin embargo, como apunte positivo, esta tendencia sigue habilitando otras formas de innovación, al dar mayor difusión a algunos conocimientos y destrezas básicos… más oportunidades a mayor cantidad de gente… en realidad, tenemos que permitir que esa gente se acerque al sector comunitario, para que regresen saludables, vibrantes y frescos”, afirma Garton.


Además de pintarnos el panorama del sector alternativo en Australia, bastante liberal e interesante, Garton señala que en este país se está dando apoyo también a la comunidad indígena y a una radio convencional emergente.


“En este aspecto, el servicio de la National Indigenous Radio provee un satélite nacional que trasmite a 132 emisoras de radio indígenas en toda Australia… además de las 120 radios comunitarias no indígenas. La radio indígena está siendo escuchada diariamente por los australianos, que según las encuestas, quieren entender mejor a los indígenas”, dice Garton.


La radio sigue siendo fundamental en un país de baja densidad de población y en rápido crecimiento como Australia.


“En las zonas poco pobladas, la información sobre las condiciones climáticas locales es escasa, a menos que uno sea un lugareño y pueda leer el cielo… pero la mayoría de nosotros no sabemos hacerlo. O sea que, para nosotros, la radio es vital. Dentro del espectro analógico, hay muchos programas de servicios de emergencia. En las rutas, hay carteles de señalización que informan a los conductores las frecuencias que deben sintonizar. Si hay un incendio forestal o una inundación más adelante, uno puede enterarse por la radio. No tengo idea de qué pasará con todos esos servicios de emergencia una vez que pasemos al sistema digital”, dice Garton.


Nuestro interlocutor forma parte también de OPEN CHANNEL, que brinda capacitación para que cualquier persona pueda hacer una película y “contar su historia”. Él nos cuenta la historia de un grupo de escolares que están entrenando dentro de una iniciativa realizada en conjunto con el periódico The Age. Varios de ellos ya produjeron muchos videos para la escuela, algunos con animaciones. Todos tienen computadoras y cámaras de video en sus casas, y ya están bajando video digital a sus discos rígidos, y haciendo edición.


“Esos niños son conocedores de los medios. ¿Qué más podemos enseñarle a un chico de 12 años de esas características? Finalmente decidimos concentrarnos en la colaboración… si bien ya habían hecho muchas películas, no habían trabajado en equipo y un buen trabajo en equipo es capital en cualquier emprendimiento colaborativo, ya sea hacer una película o armar una emisora de radio.”


Al oír la exposición, el ingeniero indio Vicram Crishna, producto del elitista sistema educativo IIT, planteó la posibilidad de “piratear emisoras que funcionan con software libre”, para que las radios comunitarias digitales puedan seguir adelante sin tener que esperar la adjudicación de canales por parte del gobierno.


Garton señaló que, teniendo en cuenta que en términos generales las radios comunitarias tenían amplio apoyo del gobierno, la solución no era ponerse a piratear.


Por supuesto, el equipamiento de una radio digital es “extremadamente caro, así que una iniciativa de transmisión con software libre no es de despreciar… pero no sólo está regulado el espectro, también lo están las emisoras… no llegaremos muy lejos si no logramos hacer aprobar nuestras emisoras caseras.


En Australia está duramente penalizada la utilización de equipos de radio sin licencia”, dijo Garton.


Es decir que quien quiera armar una radio comunitaria debe tener una considerable suma de dinero para pensar en empezar a hacer algo con esta tecnología, a diferencia de lo que sucede con las radios de FM analógicas de bajo costo y baja potencia.


Según su punto de vista, en Australia las radios comunitarias han sido tratadas históricamente con gran liberalidad. Muchos directores de radios y canales de TV comunitarios lograron obtener las licencias. En una palabra, éstas han vivido dentro de un entorno analógico muy saludable.


“En Australia, los gobiernos han sido mucho más liberales en relación a los comunicadores comunitarios de lo que parece estar sucediendo ahora. Si bien el espectro digital recibe apoyo tácito de algunas personas con poder de decisión telenovelas para unos y una mezcolanza de ideales para otros, parece que tenemos mucho camino por recorrer todavía.”




Autor: —- (APCNoticias)
Contacto: communications@apc.org
Fuente: APCNoticias
Fecha: 13/07/2006
Localidad: DHAKA, Bangladesh
Categoría: Los miembros

Region