Efectivamente, varios los telecentros están ubicados en localidades mapuches, específicamente pehuenches, y son administrados por asociaciones que agrupan a estos pueblos originarios: Melipeuco, Lonquimay y Villarrica. Estas comunidades hasta hace poco estaban totalmente alejadas del acceso y uso de estas tecnologías, y llama la atención cómo los nombres dados a estos telecentros por parte de sus organizaciones dan cuenta del sentido que puede llegar a adquirir esta nueva realidad para ellos. En el primer caso, el nombre escogido fue Chinkolmawn¸ que en lengua mapudungún (lengua mapuche) significa “lugar de encuentro”, y en el segundo caso es El Pakemu Ta Kimün Ka Llekemun¸ que significa “el lugar donde el hombre viene a buscar información y se lleva conocimiento”.
La apropiación de las TIC por parte de las comunidades mapuches es también gradual, porque su cotidianeidad está cruzada por una variedad de temas. En términos de oportunidades, sin duda representan una posibilidad de interacción y comunicación que los conecta con el mundo. En ese sentido, las diversas culturas originarias disponen de una herramienta que posibilita dar a conocer su cultura de manera global, y a su vez pueden conocer de cerca y en red la experiencia de otras poblaciones originarias en el mundo. Además, posibilitan el acceso a diversas herramientas y recursos que apuntan a mejorar su calidad de vida diaria. Sin embargo, para que este proceso tenga lugar, se requiere un trabajo sistemático y profundo, ya que la realidad de los pueblos originarios está llena de urgencias de la vida cotidiana, que tienen que ver con la supervivencia de su cultura, tradiciones y valores. En ese contexto, las tecnologías resultan lejanas y pueden ser problemáticas, al introducir nuevos temas y desafíos.
El mayor grado de acercamiento se produce cuando el uso se relaciona a las actividades de tipo productivo que son propias de su vida cotidiana. Por ejemplo: cuando se realizan campañas que están en directa relación con el fomento productivo de zonas rurales, o la postulación a proyectos de diversa índole utilizando los trámites a través de Internet.
Un desafío básico en este tema es la falta tanto de software de sistemas operativos, programas, aplicaciones en lengua nativa y por cierto, el desarrollo y fortalecimiento de contenidos de interés en su lengua local.
Por otro lado, los telecentros en sí no son sólo un espacio de acceso a tecnologías y pasan a ser apropiados como lugares comunitarios donde es posible encontrarse y reunirse con otros miembros de las comunidades, para conversar y dialogar, lo que es clave en estas comunas donde tanto los miembros de organizaciones como los usuarios viven en lugares apartados y deben viajar varios kilómetros para encontrarse. En ese contexto, el telecentro es tanto más que un lugar donde se accede a un computador y a internet, y es la sede donde la comunidad baja de los cerros para conversar, encontrarse y compartir un mate también.
Foto: Capacitación en la localidad mapuche de Villarica.