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Mientras en la cafetería del Hotel Windsor Barra se prolongan las charlas y discusiones de algunos los participantes del segundo Foro de Gobernanza de Internet (FGI), hay otros que intercambian saludos de despedida y deseos de buenos retornos, junto a la expectativa de volver a encontrarse en Delhi, India, en diciembre de 2008. Pero, afortunadamente, muchas de estas personas habrán de verse, hablarse, intercambiar emails y –lo que es más importante- colaborarán e intentarán encontrar respuestas comunes a muchas de las preguntas que se originaron el FGI, mucho antes de viajar a Delhi.


Mientras en la cafetería del Hotel Windsor Barra se prolongan las charlas y discusiones de algunos los participantes del segundo Foro de Gobernanza de Internet (FGI), hay otros que intercambian saludos de despedida y deseos de buenos retornos, junto a la expectativa de volver a encontrarse en Delhi, India, en diciembre de 2008. Pero, afortunadamente, muchas de estas personas habrán de verse, hablarse, intercambiar emails y –lo que es más importante- colaborarán e intentarán encontrar respuestas comunes a muchas de las preguntas que se originaron el FGI, mucho antes de viajar a Delhi.


Esas interacciones, con distintos grados de formalización e “institucionalización”, desde las colaboraciones puntuales y espontáneas entre organizaciones y personas con preocupaciones en común, hasta las más estructuradas (aunque también espontáneas) en el marco de las “coaliciones dinámicas”, constituyen –o deberían constituir- el verdadero Foro de Gobernanza de Internet, mientras que las reuniones anuales de todos los actores involucrados deberían ser el espacio para socializar los conocimientos y propuestas surgidas entre un año y otro, así como para identificar posibilidades de complementación entre distintas propuestas y asegurar los recursos necesarios para llevarlas a la práctica.


La sensación con la que se cierra esta segunda reunión del FGI es dual: por un lado, se percibe en el ambiente (y en varios de los discursos) que el formato adoptado para Atenas y Río ya cumplió su ciclo y es imprescindible repensar el foro para asegurar su continuidad. Por otro lado, se pudo ver la maduración del foro como un espacio de diálogo político, que se refleja en la voluntad y la disposición de todos los actores involucrados a buscar nuevas y mejores formas para que el foro pueda cumplir cabalmente el mandato que le fuera asignado en la Agenda de Túnez.


Dentro de los cambios propuestos para dinamizar el foro es interesante rescatar, en particular, las propuestas orientadas a poner el énfasis en los talleres y las coaliciones dinámicas – donde se presentarían los avances realizados en el correr del año y las propuestas surgidas sobre los distintos temas en discusión. Las sesiones centrales se transformarían, entonces, en espacios de divulgación y discusión de las propuestas previamente debatidas. A partir de este conocimiento compartido, cualquier participante del foro podría desarrollar y presentar (en las sesiones generales) propuestas nuevas -eventualmente basándose en propuestas ya existentes, extendiéndolas y/o modificándolas.


Para esto es importante fortalecer a las coaliciones dinámicas, tanto desde el punto de vista de los recursos para lo que es imprescindible el compromiso del sector privado y las agencias de cooperación como desde el punto de vista político, para lo que es fundamental la participación más activa y comprometida de los gobiernos. Es importante, también, que las coaliciones se mantengan efectivamente dinámicas -tanto en lo que refiere a su composición como en cuanto a los temas que abordan y las posibles soluciones propuestas para éstos. La reiteración de diagnósticos e ideas ya vistos y oídos en numerosas ocasiones puede implicar, a mediano plazo, una amenaza importante para el FGI, ya que pueden terminar vaciándolo de contenido y transformándolo en el esqueleto de lo que efectivamente puede ser.
A partir de los resultados del trabajo de las distintas coaliciones, así como de las nuevas propuestas e iniciativas que surjan durante el encuentro anual del foro, la secretaría del FGI podría hacer una compilación que se publicaría en forma de “proceedings”1. Esta compilación debería incluir todas las propuestas presentadas, pudiendo, eventualmente, sugerirse la unificación de distintas propuestas en el caso de identificarse claras complementariedades – aunque la decisión final sobre la aceptación o no de esta unificación debería quedar a cargo de los proponentes.


Más allá del formato y los procedimientos elegidos para el encuentro anual del FGI, así como para su proceso preparatorio, es claro que, para preservar al foro como un espacio fermental, hay alejarse lo más posible de la búsqueda forzada de consensos – tanto a nivel de las coaliciones dinámicas como en la elaboración de los “proceedings” finales del FGI.


La importancia de la diversidad, en todos sus aspectos, y su impacto positivo en el desarrollo de las sociedades humanas, han sido ampliamente reconocidas. Es hora de que este concepto permee también los espacios de debate político y se pueda ver la riqueza de surge de las distintas visiones existentes. El FGI puede ser un paso importante en ese sentido.


1 Tal como se especifica que debe hacer el FGI, de acuerdo al punto l) del mandato incluido la Agenda de Túnez.


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