Nuestros cuerpos son territorios es disputa. Internet es un territorio en disputa. Los algoritmos son un territorio en disputa. Hay una tendencia de ánimos imperialistas que busca limitar las posibilidades de nuestros cuerpos, sus afectos, relaciones y tránsitos para el servicio mercantil de quienes deciden cómo se narra la historia y el mundo.
En este manifiesto –y más que intentar explicar qué es o qué no es un algoritmo– deseamos reescribir nuestras propias formas de intervención y resistencia desde una postura política hackfeminista: queremos resistir frente a toda infraestructura que permite y reproduce opresión, discriminación y misoginia, a través de nuestros cuerpos-territorios-algoritmos en cualquier espacio que habitemos dentro o fuera de Internet.
Los algoritmos no deberían ser complacientes ni arrojarnos a lo identificable o reconocible. Sus posibilidades de significar y reimaginar mundos han sido reducidas a conceptos específicos que no nos satisfacen ni mucho menos nos representan. Toda esa palabrería impostada: relevancia, eficiencia, patrones, medición, personalización... (Qué cansado, ¿verdad?) Pues la queremos fuera.
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