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Nuestro Futuro Circular Plácido Silva, de Colnodo

Nuestro mundo digitalmente conectado avanza a un ritmo frenético, sin consdieración por los ciclos de vida de los dispositivos digitales. El incremento de la crisis climática requiere una transformación significativa. "Necesitamos mejorar radicalmente nuestra relación con la naturaleza y ello implica repensar decisiones y reorganizar procesos”. Esta cita es parte de la Guía sobre la economía circular de los dispositivos digitales de APC. En este contexto, la educación es fundamental para asegurar que la justicia climática sea central en nuestro desarrollo, uso y desecho de la tecnología.

En esta cuarta parte de nuestra serie sobre Nuestro Futuro Circular, Plácido Silva, de Colnodo, organización miembro de APC, nos habla de buenas y malas prácticas en la gestión de residuos electrónicos en Colombia y su impacto en la educación.

La entrevista ha sido editada por cuestiones de claridad y extensión.

En su estudio de casopresentó éxitos y también desafíos de la gestión de residuos electrónicos. Cuéntenos de la situación actual, ¿han empeorado o mejorado las condiciones?

Nuestro trabajo abarca zonas rurales, lejanas a Bogotá, con las que el contacto no siempre es fácil. La brecha digital en la que trabaja Colnodo es grande y profunda, pero seguimos avanzando tanto en llevar conectividad a estas zonas alejadas, que no se han considerado rentables para los grandes proveedores, como en iniciativas relacionadas con educación. El proyecto Computadores para Educarsigue en el proceso de disminuir la brecha tecnológica fomentando la innovación. Hoy estamos en un ratio de cuatro estudiantes por computador.

Imagen: Estudiantes compartiendo un dispositivo digital.
[Imagen: Estudiantes compartiendo un dispositivo digital. Foto de Computadoras para Educar].
 

En estos momentos tenemos más apoyo de la industria, empezando por la empresa PCSHEK, que recoge equipos eléctricos y electrónicos y comprueba si pueden reciclarse y entregarse a la comunidad. Todo este proceso está mejorando la calidad de vida la población infantil.

Desde su experiencia, ¿cómo ve el futuro de las economías circulares?

En el caso de Colombia estamos viendo bastante impulso a este tipo de economía. En el plan de desarrollo del nuevo gobierno se reitera la importancia de fomentar la economía circular y el crecimiento verde.

La Asociación Nacional de Industriales está involucrada en estos procesos, lo ven como una oportunidad para el desarrollo empresarial y los procesos de sostenibilidad. Esto hace que se hayan fortalecido las empresas de reciclaje de materiales, en especial las de equipos eléctricos electrónicos.

Cuéntennos más concretamente: ¿Qué prioridades destacaría, en su entorno local, en ese esfuerzo por un futuro circular?

Hay una cuestión crucial que tiene que ver con los polímeros plásticos. En estos momentos se está negociando un tratado sobre la contaminación ocasionada por las sustancias toxicas introducidas en los polímeros, materiales que representan amenazas para la salud humana y el medio ambiente. Estas sustancias comprometen la economía circular al volverla tóxica.

Para hacer frente a estos riesgos, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia ha publicado el documento Directrices técnicas para el manejo y gestión de materiales plásticos recuperados de RAEE y vehículos desintegrados. Brinda herramientas prácticas y de consulta para la cadena de valor responsable de la gestión de los materiales reciclados, en especial para aquellos del reciclaje de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), y alternativas para el cierre de su ciclo. Esto es fundamental para apoyar la sostenibilidad económica de los procesos de reciclaje en Colombia.

Hablemos de buenas prácticas. ¿Qué políticas o regulaciones destacaría, como ejemplos positivos o esperanzadores en el caso de Colombia?

Dentro del ámbito de los residuos electrónicos, hace años que se trabaja desde el estado en regulación de partes del proceso, desde separación en la fuente hasta entrega de computadores.

También como consumidores hemos aprendido y nos hemos adaptado a este proceso, cumpliendo con los pasos y lugares de entrega, asumiendo la responsabilidad con el edio ambiente y la salud humana... Esto en cuanto a residuos eléctricos o electrónicos, pero también a envases y otros productos contaminantes. Se está empezando a asumir esta responsabilidad diferenciada en la que cada cual cumple su parte.

¿Y los desafíos y dificultades? ¿Qué malas prácticas, políticas o regulaciones destacaría?

¿Cómo desarrollar una economía circular libre de contaminación? Esta es una cuestión fundamental. La economía circular está ganando adeptos porque permite mejorar los sistemas de producción, aumentar la prosperidad y reducir la demanda de materias primas, pero debemos disminuir también los riesgos a la salud y al medio ambiente. Hace falta capacitar a quienes trabajan en esta economía para identificar los productos más contaminantes y sacarlos de la cadena de reciclaje.

Imagen: La segunda edición del  Curso TIC y Medio Ambiente que realiza NodoTau, la Red de Desarrollo Sostenible y Colnodo, con apoyo de APC.

[Imagen: La segunda edición del  Curso TIC y Medio Ambiente que realiza NodoTau, la Red de Desarrollo Sostenible y Colnodo, con apoyo de APC].

Por otro lado, el boom de la economía circular me recuerda en cierto modo a otro que hubo en los años 70 del siglo pasado: el concepto de “calidad total”, acuñado sobre todo por empresas japonesas. Se convirtió en un mantra de marketing que se repetía constantemente pero que nunca se concretó en buenas prácticas. No queremos que con la economía circular ocurra lo mismo y todo se quede en una campaña de marketing.

La economía circular corre ese riesgo: convertirse en uno de los proyectos de moda que cuando se revisan los resultados son pobres porque no se involucraron todas las variables y únicamente interesa la imagen en el mercado. Este enfoque, a veces denominado "lavado verde" o “greenwashing”, promueve una imagen ecológica sin realizar cambios sustanciales ni lograr resultados significativos. Eso no es lo que buscamos ni lo que el planeta necesita.

Volviendo a la guía, ¿qué usos cree que tiene? ¿En qué le gustaría que ahondase en futuras ediciones?

Algo que me gustaría mucho que se tratase más en profundidad tiene que ver con redes de enriquecimiento y aprendizaje mutuo. La guía debería servir de base para adoptar e implementar soluciones en sitios del planeta a partir de las experiencias exitosas de otros lugares. En el caso de Colnodo, estamos trabajando, entre otros, con Media Awareness and Justice Initiative (MAJI), también miembro de la red APC, que tiene mucha experiencia en el uso de tecnologías digitales y recolección de datos para la protección del medio ambiente en Nigeria. Hay que evitar duplicar esfuerzos o reinventar la rueda; compartir experiencias de aprendizaje entre África, Latinoamérica… eso beneficia a toda la comunidad.

 

Más información: Consulta nuestra Guía sobre la economía circular de los dispositivos digitales, que detalla los conceptos y procesos de circularidad y sus principales desafíos y oportunidades, incluida la incidencia política.

 

Leila Nachawati trabaja en el equipo de APC, como responsable de relación con medios y editora de español. Es profesora y doctora en Comunicación por la Universidad Carlos III de Madrid. Le apasionan los derechos humanos y la libertad de expresión, con atención especial a Medio Oriente y Norte de África.

 

Maja Romano trabaja con el equipo de comunicaciones de APC y coordina la publicación del informe Global Information Society Watch (MMSI). Es una antropóloga sociocultural y escritora apasionada por el compromiso comunitario, la justicia social y los derechos digitales, que utiliza como lente para informar su escritura y activismo.